martes, 3 de agosto de 2010

el trance de lo Absoluto

Se ha entendido a lo Absoluto, etimológicamente hablando, como "lo independiente", "lo que es por sí", "lo desligado e incondicionado". Este pareciera ser el carácter del cual se viste el kirchnerismo para manipular su comedia con los trabajadores argentinos. Absorbiendo la capacidad de decretar la voz eterna de los desposeídos, y glorificándose de medidas que, como el anuncio sobre el aumento a las jubilaciones, lejos están de quedar inscriptas en la lista del anecdotario progresista. La naturaleza independiente y desligada de este carácter, es para con la clase trabajadora, la cual ya hace tiempo ha dado cuenta de la anafia del gobierno en relación a su discurso. 
 
El absolutismo K se presenta en una realidad que aniquila cualquier otra posibilidad de surgimiento descriptivo de objetividad. Colorea la materialidad a partir del mesmerismo perseverante que vomita sobre la subjetividad colectiva que lo alimenta. Es un absolutismo que así se sustenta, inhalando la pasión de sus sostenes mientras exhala la superproducción de decrepitud e inconsciencia. El mantenimiento no sólo es producto de sus estratagemas (como la cooptación de la CGT a partir de su amuleto Moyano, el cual ahora sirvió para poder servirse de la CTA de la mano de Yasky) sino también de las limitaciones de sus oponentes que, complacidos en participar del cómodo trailer festivo que otorga la ocupación de bancas parlamentarias, se amoldan al libreto, del cual ya a esta altura todos sabemos que comparten. El desmantelamiento del proyecto de ley por el 82% es un caso ejemplar de esta última caracterización. Hasta algunos concejales lanusenses, como Amore de la Coalición Cívica, se contentan por el miserable aumento jubilatorio ofrecido por la Presidenta. Algunos siempre quieren quedar adentro en el momento en el cual la tranquera se cierra. 
 
De la misma manera, en el afán de acaparar la versión política progresista, Alicia Kirchner lanzó la Corriente de Liberación e Integración Nacional (COLINA, la cual se propone nuclear a todas las colectoras kirchneristas nacionales y populares. "En consonancia con lo manifestado por el titular del PJ a nivel nacional, Néstor Kichner, quien llamó a hacer “alianzas bien amplias”, el concejal de Lanús por el FPV, "Lolo" Vélez consideró que “hay que sumar a todos los que crean que éste es el movimiento nacional y popular que va a cambiar la realidad de la Argentina" (Infoconurbano 2/8). Queda lugar aún para nuevas organizaciones sociales y políticas todavía no linderas al kirchnerismo que deseen incursionar en el cambio K (como es el caso del sabatellismo-ceballista Nuevo Encuentro), entendiéndose por cambio la diferenciación sobre quién será el agente político del capital.
 
El trasbordador para otro Absoluto
 
La verdadera y real oposición a este Absoluto, es la presentación de un nuevo Absoluto que se delimite radicalmente del vigente. Una nueva singularidad que represente la existencia verídica y que se desarrolle en contraposición al definitivo negativista. Un Absoluto de este tipo, el cual se funde en la comprensión de la materia real, la cual lo instale en la reflexión sobre la explotación y la miseria humana, tendrá que ser "independiente", no ya de la clase trabajadora, la cual por el contrario constituirá su sustento social, sino del Estado y la burocracia sindical. El cambio de la realidad lejos está de producirse dentro del Absoluto kirchnerista y de su oposición parlamentaria, a partir de la afirmación de remuneraciones salariales y jubilaciones devaluadas, ni de sus negaciones frente a los reclamos populares. Sólo un Absoluto enteramente racional de la realidad imperante, conducido y fortalecido por los explotados de esta sociedad, podrá constituirse como soberana fuerza frente al Absoluto hoy vigente, defensor excepcional de la barbarie capitalista.

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