la veleidad de un vejestorio pensamiento

Muchas veces escuchamos a ciertos intelectuales del pensamiento, más que nada filosófico-político, estremecernos con exuberantes diatribas sobre el rol que debe jugar la reflexión dentro del marco societal, simulando la trágica mandarinería de su intencionalidad adulterada. Muchos llaman a efectuar filosofía en un "aquí y ahora"- lo cual es algo correcto, y hasta manifiesto. ¿Pero qué tipo de filosofía? ¿Desde dónde y hacia dónde? ¿Para qué y por qué?    

Está claro que el medio social condiciona al sujeto en su motivación reflexiva. Y es verdad que existen distintas sociedades en relación a las distintas organizaciones políticas constituidas en estados-naciones. Se argumenta que cada movimiento intelectual debería pensar aquello que problematiza a su sociedad de manera inmediata; verificar sus faltas y deseos, analizando sobre sus causas, y corroborando las posibles soluciones. Sin embargo existe una línea de desplazamiento situacional que socava a todas éstas sociedades por igual, conllevando, con ello, a la presentación de la misma en todo núcleo humanamente organizado. Ésta línea es la de la crisis capitalista mundial.

Consistiría en un vejamen discursivo el no pronunciar ésta acuciante problemática desgarradora que hoy se exhibe bajo el caso paradigmático de la rebelión griega. Los únicos que no salieron a manifestarse en Grecia, fueron los profesionales políticos, que votaron por el ajuste fondomonetarista y de la UE, y aquellos agentes especuladores de la banca internacional que se beneficiarán con el nuevo endeudamiento del país europeo. "Mientras miles de manifestantes intentaban copar el Parlamento griego y chocaban con fuerza con la policía, el Congreso de Grecia aprobó ayer un resistido plan de ajuste que le permitirá al gobierno acceder a un crédito multimillonario para paliar sus deudas y déficits. El caos en Atenas se expandía a los mercados del mundo: las Bolsas europeas y más allá del continente se derrumbaron y el euro cayó a niveles inéditos" (Clarín 7/5). Arturo Piano, director del Banco Piano, sostuvo en los medios televisivos, en estos días, que "la crisis Europea ya llegó a la Argentina y nos afectó demasiado. Lo que sigue es una secuencia de serrucho, y no con datos positivos". Una crisis que afecta al sistema financiero, a los estados y a la clase trabajadora.

La analogía no puede ser más pintoresca en relación con la Argentina en potencia. Qué más episodio se necesita para no dar cuenta de los pasos subsiguientes de un Estado en crisis fiscal. Primera imagen: luego del canje, el gobierno norteamericano y los banqueros, imponiendo al kirchnerismo la condición de, para entrar nuevamente a los mercados, comenzar el pago de la deuda con el Club de París, y someterse a las auditorías del FMI. Segunda imagen: inflación ascendente que galopa a partir de la liberación de precios y tarifas, mientras sostiene el tipo de cambio. ¿Ya conoce el fin de éste capitulo? 



El velar de su naturaleza ajedrezada

El bipartidismo al cual quieren llevarnos no podrá salir de este atolladero. Ambos bloques son partícipes del origen y del final de ésta catástrofe. Por eso buscan eliminar cualquier voz acusadora y unir sus distintas corrientes ante el brote de nuevas organizaciones políticas que desenmascaren su complicidad para con la perpetuación del nivel de descomposición social. Carlos Besana, líder del CONFE de Lanús, confirmó que "toda la UCR de Lanús busca la unidad partidaria de cara al cierre de listas que vencerá mañana sábado a las 24. El dirigente radical dijo que hay tres grandes líneas en Lanús que se están disputando la presidencia del partido y señaló que son CONFE (Cobos), MODESO (Moreau y Storani) y RAPACA (Alfonsín)" (Diario del Sur 7/5).  Por otro lado, Proyecto Sur se anima a un acercamiento con el PS del sojero Binner, y con la fuerza política de Luís Juez (ambos sostienen la política de cumplir con los "compromisos" usurarios del capital financiero internacional), para saltar la no-posibilidad de presentar candidatos para el 2011. (¿Contradicción de principios o muestra de la verdadera esencia de Pino?).

La alocución prolongada sobre lo inquebrantable de lo "nacional" frente a la crisis, y de lo "popular" como sostén de un modelo productivo ligado al usufructo del gran capital, no es más que la personificación de la circulación circularmente viciosa, de un pensamiento obsoleto y caprichosamente negrero- no sólo idealmente sino también dentro de sus consecuencias prácticas. Asimismo se autoproclama como promotor del cambio, del fortalecimiento de instituciones burguesas explotadoras, y de la crítica frente a lo románticamente feudalesco-oligárquico y autoritario. Sin embargo, la caducidad de un pensamiento añejo que con antiparras intenta adentrarse en la crítica de la realidad, alerta sobre su imposibilidad de evidenciar lo nuevo; de proponer la salida al problema actual. Su esencia ahumada no permite pronosticar la verdadera situación existente que muestre el acontecer permanente. Aquél que nos permitiría testimoniar el ajear de la realidad alienada frente al auténtico pensamiento crítico, indagador y denunciante.

Es decir, un pensamiento que se encuadre en una filosofía que promueva un filosofar comprometido con la realidad social, política y económica. Una reflexión que parta desde el germen real de la problemática hacia la vindicación práctica superadora de semejante nebulosa. Porque el entendimiento imperante hasta entonces ha hecho caso omiso sobre la cuestión real de la problemática social, y para desarrollar un ser humano autónomo y pleno en su expresión, debemos alternar un razonamiento distinto hasta el ahora vigente. 
 

La velada del pensamiento crítico será dimensionada en tanto y cuanto se ponga en cuestión el sistema capitalista, el núcleo central sobre las causas de la miseria mundial. El segundo movimiento tendrá que ser el de tomar posicionamiento corporal a partir de aquél pensamiento crítico, y con ello conducirse hacia la planificación de una organización social sobre nuevas bases. Sólo de esta manera podremos ajardinar humanamente el terreno desastroso que el capitalismo nos hace vivenciar.