sábado, 6 de febrero de 2010

con Redrado o sin Redrado los buitres engordan

Esta semana el BCRA nos ofreció la disputa de distintos idearios que conllevan a alimentar a los tenedores de bonos y a continuar la manutención de los fondos buitres. No sólo la postura de CFK de crear el "Fondo del Bicentenario" con el fin de pagar vencimientos de la deuda externa (aumentando el monto de la deuda interna al forzar al Estado para que siga contrayendo adeudo con el BCRA y con el ya vaciado Anses), teatralizando, de esta manera, una sólida posición económica ante el mercado financiero internacional, al mejor estilo Dubai (quien luego de haber declarado el default inauguro una torre edilicia de su acostumbrado espectacular lujo para convencer al gran capital de su inmediata revitalización), con el único fin de volver a contraer financiamiento con los grandes capitales extranjeros. Así también, la posición en la cual se posa Redrado, no es más que la de no hacer uso de las reservas para el pago de los plazos prestamistas autoimponiendo la contratación de nueva deuda. Es decir, la teleología imperante en ambas direcciones confluye al mismo punto: perpetuar el lazo de dependencia con los fondos buitres. Ninguno de estos posicionamientos discute el núcleo criticable de este dominio: la génesis ilegal de esta deuda y su calidad irregular en el transcurso de sus renegociaciones. De igual modo no se ofrecen vertientes progresistas sobre el destino inmediato de las reservas para generar empleo. Es decir, en vez de preocuparse por los fondos del BCRA pagar una deuda ilegitima, se podría hacer uso inmediato de ellos para llevar a cabo un plan de construcción de obras publicas. Esto si, para que no existan privilegios y movimientos intermediarios, que estos recursos estén regulados bajo control de los mismos trabajadores.

Silvano

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